viernes, 25 de junio de 2010

El hombre que decide servir a Dios

Josué 1: 1-13

Todos conocemos la historia, Moisés, el siervo del Señor había muerto, por eso, Dios decide levantar un sucesor que pudiera asumir no solo la gran responsabilidad sino también el hermoso privilegio de introducir y repartir la tierra prometida. La tarea no era nada fácil, pero Dios escoge a Josué como un buen sucesor sabiendo que su actitud y su capacidad le permitirían hacer un buen trabajo. Veamos a continuación cuales fueron las características que Josué tenía que le permitieron cumplir con el propósito del Señor.

1. Es un servidor
Josué era ayudante de Moisés, mientras que Moisés era siervo de Dios. De esto podemos aprender que una persona con el tiempo llegue a hacer grandes cosas para el reino de Dios debe primero ser formada en el servicio que presta al Señor en la Iglesia. El hombre de Dios va escalando en cosas que aparentemente son pequeñas y hasta “incómodas” pero que para el Señor son valiosas y tienen una gran connotación. El hombre de Dios debe pasar por un proceso de formación, entrenamiento o capacitación y eso se logra a través de la oración, la palabra, las autoridades y líderes de la iglesia. Por causa de la fidelidad de Josué con su autoridad, Dios fue fiel con él. (Josué 1: 5; 1Crónicas 28:20).

2. Es obediente
Dios le dice a Josué que debía pasar por el Jordán a la Tierra que Dios le daba a los hijos de Israel. (Josué 1:2; 7, 8). En todo momento Josué se mostró obediente a esa palabra ya que Dios lo respaldaba en toda obra. Bien, la verdadera obediencia está acompañada con la diligencia. Cuando una persona se sujeta al Señor, Dios lo respalda y hace que las personas que están bajo su cuidado y autoridad también se sujeten. (Josué 1:10, 11)

3. Se santifica
Josué le dijo al pueblo, “Santificaos porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros”. Dios espera que nosotros nos apartemos de todo aquello que nos puede contaminar. Santificarse es pedir perdón a Dios, perdonar a nuestros hermanos y reconciliarnos con ellos, así como también dedicarse a la oración, el ayuno y la lectura de la Palabra. (2 Crónicas 7:14, 15) La santificación trae grandes bendiciones.

4. Está listo para la batalla
Josué estuvo presto a enfrentarse con naciones que podían ser tantos como la arena del mar, pero el Señor al ver su valentía, arrojaba grandes piedras de granizo sobre los enemigos de su pueblo, así eran más los que morían por las piedras que los que el pueblo de Israel mataba. (Josué 10:11). No podemos amedrentarnos ante ninguna situación difícil porque el Señor en todo momento y situación nos va a respaldar a través nuestro hará grandes maravillas. Josué fue un hombre de tanta valentía y tan profunda decisión que tuvo el valor suficiente para hablarle a la luna y al sol, y éstos le obedecieron (Josué 10:12,13). Háblale a las circunstancias con la autoridad de Dios, ellas te obedecerán.

5. Es radical
No es fácil seguir al Señor en medio de la oposición o a la apatía; sin embargo, Josué se paró firme delante del pueblo, los confrontó y tomó la mejor decisión: Servir al Señor en medio de todo. (Josué 24:16) Por esa actitud, Josué pudo impactar a su pueblo y a las futuras generaciones. La biblia enseña que por esa actitud y decisión, el pueblo recapacitó. Con esto aprendemos que nuestra actitud y fe podrán impedir que el pecado avance y así cambiar un pueblo y naciones. (Hechos 1:8).

6. No le importan los títulos
Sólo después de su muerte la Biblia dice que Josué era siervo de Dios (Josué 24:29) Después de morir recibió el honor de ser llamado Siervo de Dios, pero siempre trabajó para el Señor con la misma tenacidad y diligencia porque sabía exactamente a quién servía. De esto podemos aprender que no hay nada que Dios no pueda hacer con alguien a quien no le importa quién se llevará la gloria. A quien no le importan los títulos trabajará para glorificar al Señor y verá su respaldo en todo tiempo. Otro hermoso ejemplo de esto fue el apóstol Pablo, quién se despojó de todo tipo de título por la excelencia del conocimiento de Jesús (Filipenses 3:7, 8)

Conclusión
Para Josué ser líder era ser siervo, a diferencia de algunos que en una alta posición se vuelven arrogantes y con ansias de más poder.

Jamás demandó el servicio del pueblo sino mas bien, inspiró al pueblo a servir al Señor, por eso es que la Biblia dice de él, que fue bendecido y altamente respaldado. A pesar de las inmensas dificultades, nunca abandonó su lugar, sino que se mantuvo fiel al Señor y a su Palabra hasta los 110 años de vida. En suma, podemos decir que el hombre que decide servir al Señor, será un hombre de éxito.

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